Lo poético.


A veces me harto de la jerga terapéutica, de ese modo curioso de escondernos en lugar de revelarnos, de aparentar inteligencia por decirlo todo con palabras raras. Y luego, llamar "poético"a ese juego.

¿Qué es eso que llamamos lo poético? No es fácil definirlo. Hace poco, la enorme poeta Anne Carson decía en una entrevista que aún no sabe qué es la poesía.
Me es más sencillo decir lo que no es poético.

En terapia Gestalt también usamos ese término, aunque me parece que con frecuencia se le llama así justo a lo que no es.
Lo poético, creo, es lo contrario a la jerga, a las palabras rebuscadas, pomposas, grandilocuentes.  Lo poético no es "decir o escribir bonito" usando palabras llenas de merengue o falsa erudición..

Lo poético está en la mirada antes que en la palabra. Es un modo de mirar. ¿Qué? Todo, cualquier cosa, aún la más sencilla: la naranja, el columpio, los zapatos, la sopa. Lo poético es una apasionada y contemplativa forma de mirar, es una mirada que se deja tocar por lo mirado.

Luego viene la palabra ¿Cual? La más sencilla y transparente. Y es que lo rebuscado y grandilocuente suele ocultar un vacío, un no tener nada propio qué decir. La poesía es justo lo contrario: ser capaz de decir lo complejo y lo profundo con las palabras más simples, más claras, las de todos los días. 

La poesía más que pontificar, pregunta; es el intento, siempre fallido, de decir lo indecible.

Comentarios

  1. Lo poético lo encuentro también, en esos garabatos que mi paciente dibuja, en su mirada y el silencio que abraza el momento. En la respiración del otro y la mia compaginándose. Me parece profundamente poético el hilo de voz que se desdibuja rompiendo el muro que lo apricionaba.

    Encuentro poético cada encuentro donde, a veces, ni las palabras existen.

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