Cuerpos insumisos



     

        Quizá es necesario recuperar el derecho a ser los cuerpos que somos, tal y como somos, grandes o pequeños, gordos o flacos, con sus capacidades y discapacidades, con sus historias que inevitablemente dejan marcas, cicatrices, huellas. Quizá es necesario derrumbar a golpe de cuerpos reales la exigencia absurda de ser ese cuerpo hegemónico, discriminador e inalcanzable que se nos impone. Quizá es necesario redescubrirnos bellos, cuestionando que exista una sola forma de belleza, comprendiendo que la belleza no es sino una particular relación entre quien observa y lo observado, una relación que se abre al asombro, la compasión y la ternura.

 Me gusta la invitación de Lucrecia Masson a revelarnos, a encontrar nuevas formas de ser cuerpos, formas indómitas y disidentes, a volvernos “Visibles, desobedientes, disidentes de la norma que nos impone una sociedad que estandariza y controla cuerpos y deseos, que define lo bello y lo sano (…) Es necesario atentar contra la matriz que nos organiza corporalmente. Desnudar el artefacto que nos construye en tanto cuerpos, en tanto territorios donde se inscriben lecturas. Es necesario desafiar esas lecturas y crear, imaginar, fantasear, inventar nuevos relatos”.

         Somos cuerpo, devenimos cuerpo, estamos cuerpeándonos continuamente unos a otros, en cada vínculo, en cada situación, a cada rechazo y a cada caricia. Los cuerpos buscarán el encuentro con una persona, con un libro, con una música para devenir esa persona, ese libro, esa música. Permito que me invadan y que mi territorio se amplíe de esa manera. Es también desde el cuerpo que construimos nuestros vínculos erótico-amorosos y es desde el cuerpo que a veces los evitamos. En cada una de esas relaciones está la admiración, el cariño, la complicidad y cualquier otra emoción que se nos ocurra, pero también la piel, el olor, la voz, las manos que se tienden, el sexo que se llama, la calidez. ¿Cómo amarnos sin el cuerpo? Amar no es solo amar la mente o el espíritu del otro sino amar también su cuerpo porque ese cuerpo también es lo que es.

Dice mi admirada Marina Garcés:  “Y es que si el cuerpo y el pensamiento no se contraponen sino que se enlazan y se continúan, el cielo y la tierra, lo bajo y lo alto son las dos dimensiones que se encuentran en ese lugar sin lugar, en ese frágil punto cero en el que nos ha tocado aparecer. Y desaparecer” 

 

Comentarios

  1. es importante aceptarme tal y como soy, reconocer que gracias a Dios cada parte de mi cuerpo ha sido formado de manera especial. una vez que me acepto puedo aceptar y dar gracias por los demás, así como aceptar a todas las demás personas tal como son en sus cuerpos físicos. también es muy importante cuidarlo y respetarlo.

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