Es imposible ser solo un individuo.
Me asomo por un
rato a las frases que se suben a las redes. Frases “sabias” que hablan de
desarrollo, de felicidad, de crecimiento, de amor. ¡Hay tanta soledad en ellas!
¡Tanta autosuficiencia! “La vida nos obliga a parirnos a nosotros mismos”,
“Nadie llegará a quererme tanto como me quiero yo”, “Llevo mi medicina dentro,
soy mi propia medicina”, “Me di cuenta que no nací para cuidar a nadie”, “Soy
mi propio libro, me reescribo, me subrayo…”, “El encuentro con uno mismo
transforma el alma”… también recuerdo a algún paciente decir con cierto dolor
que aún no ha aprendido que su felicidad depende de sí mismo y de nadie más. Leo aquellas frases, escucho a mi paciente y
siento un vacío en el pecho; siento, también, una tristeza extraña, una cierta
soledad, una imposibilidad de alcanzarnos. Y es que no concibo el crecimiento,
la alegría o el amor sin los otros, sin la mirada de los otros, sin su
presencia, a veces inquietante y perturbadora. No. Me rebelo ante toda esa
andanada de frases hechas. Yo soy frágil. Fui parido, nutrido y cuidado por
otra, por otros. “El otro es el que
siempre nos salva. Y si hemos llegado a la edad que tenemos es porque otros nos
han ido salvando la vida, incesantemente”, dice Ernesto Sábato. Aprendo a
quererme a través del amor que recibo. No puedo curarme solo. El cuidar de los
demás es una responsabilidad ineludible. Mi libro es cocreado con otros, soy
solamente su co-autor. Sólo el encuentro con otros me transforma. Mi felicidad
siempre tiene que ver con la de los demás. “La vida en común es lo que hace
posible una vida humana que no se basta nunca a sí misma. Es imposible ser sólo
un individuo. Lo dice el cuerpo, el frío, el hambre, la marca del ombligo, nuestra
voz con sus acentos”, dice Marina Garcés, y yo con ella.
Que bello es poder encontrarme en tus letras... Siempre me pareció tan duro,egoísta y tan díficil el que me bastara a mi misma... claro me basto para sobrevivir, me alimento, me cuido, me curo, me apapacho pero aún así me ha hecho falta el beso, el abrazo, la mirada y el toque del otro... el otro amigo, pareja, maestro, cómplice, amante, desconocido... humano y ante su ausencia, mis animales.
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